domingo, 24 de agosto de 2014

CABALGAR


En la sedosa, cálida llanura
del lecho acogedoramente abierto,
me dispongo a partir, al descubierto,
y me acerco, gentil, a la montura.

Partir sin alejarme, en aventura
que en ansiedad y ardor soñé despierto;
y para este ejercicio me convierto
en jinete febril, mas sin premura.

Blanco, suave corcel, cuyo jadeo
acompasa el vivaz caracoleo,
rítmico, de sus cuatro extremidades.

Del paso a paso evoluciono al trote,
y al galope después, hasta que explote
toda nuestra energía en humedades.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-

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