Tus manos serán pan y semilla
Me conoces y sabes del sigilo
de mi pausa para no hacerte daño,
que es enhebrado de nube y nido
porque conocí tus manos infinitas para no morir.
Las conocí suavizando auroras de la seda
y organdí de plenilunio cuando la simiente
había dejado de ser primavera y surco
para ser vendimia
para arrullar la mueca de dolor de mi pasado.
Prometí, cegando todos mis impulsos
suavizar el momento que reservaste en mí,
de panal de abril, vino de oporto
y leche prematura
bajo el cielo de la noche de cascada
de pimienta y luz... sabor a puerto
y a tertulia de bohemio soñador...
Sé que es de breve parsimonia tu dolor
como huella que suaviza el viento,
porque me conoces, porque sabes
que todos los fantasmas del pasado
han hecho su infierno aquí en mi pecho...
Y aunque en mi pecho arde la pasión del fuego
no se quemarán tus manos de breve parsimonia,
porque al suavizar tu vientre con las mías
serán también de fuego, de pasión y surco,
serán como tus labios en mi boca
serán pan y semilla...
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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