Cada época se densa cautiva
y fórmula su frontera.
Una vida una era, alas de sueño
en el equinoccio del tiempo.
Hacemos del hoy prematuras horas,
hacemos de la risa alegría.
Trazo y luz, claridad balsámica
donde caen rubias premuras,
labios de sol, anatomía de Aurora,
lo que estar presente.
Esta era de sed y fragmento,
espiga y paralelo en ángulo eterno.
Cada época se suma, se esfuma,
aeroplano rumor, pupila amamantada
del éter de lo que fue.
Ya sentados los días
sólo nos quedan los recuerdos.
Viento que gotea al fondo sus años líquidos,
lágrimas de solteras ilusiones.
Almuerzos destinos que aún
yacen con hambre.
Amores que mudaron su figura
donde antaño petrifico su anhelo inmortal.
Nos quedamos, nos fuimos.
Después de eso nadie regreso.
Aviones de sueño en el pavimento
moreno del letargo.
Esta época que es tiempo
y planeta albino.
Tantas memoria despeinadas,
cabelleras añadas del apego absurdo.
! Que proyectil estúpido fue el miedo
tallado por manos sub-reales!
Época donde la mar andaba aún
en sandalias mojando las orillas.
Época de manzanos pobres,
pobres, descalzos,
atados a la cerca,
analfabetos sin ir a la escuela.
Donde el ser mostraba un ojo
para guardar luz a su oscuridad.
Esta época manferida,
nalgona de tanto silencio obeso.
Donde es mejor no decir nada,
porque nos metemos en problemas.
Sólo la mentira es verdad.
Belén Aguilar Salas -Costa Rica-
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