Por ahí leí una vez
que cuando te rompen el corazón
no te lo vuelven a romper de la misma manera.
Quizá están en lo cierto,
quizá la verdad sea más cursi y
es que no se puede romper algo roto.
Como sea
he decidido que si no se puede romper nuevamente
me romperé algo más:
ya me he roto una muela,
y está por romperse otra,
ya incluso me he roto los sueños y las fantasías,
por el momento si no se me rompen los dedos
estoy fielmente convencido
de que me romperé los pulmones con tanto cigarro,
y si se puede,
de paso,
la cordura o el hígado
a ver qué cede primero.
Marco Juárez -México-
Publicado en la revista Delirium Tremens 9
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