Mis manos tiemblan y mis manos buscan
tu pelo y en él, tu boca de caramelo.
Mis manos buscan tu cuello, donde mi boca,
sigue buscando en tu hermoso pelo,
ese suave beso de terciopelo.
Mi boca, alienta esa nuca
que la busca alocadamente y descubre,
unos hombros desnudos, que están deseosos,
de ser acariciados por unas manos inocentes.
Tu espalda libre, donde mi boca se posa en ella,
te huele y mi boca, se sumerge en ella,
mis manos y mis labios, la acarician sin cesar,
que locura el quererte desear.
Mi boca, recorre poco a poco,
esa preciosa espalda y ese hermoso cuello,
tu bello se alimenta de mi aliento,
tu perfume me pone en jaque,
y mis manos se ponen suaves.
Sigo en tu cuello, notando tu palpitar,
el riego de tu pasión está vivo,
tu nuca, busca mi boca,
la cual, lentamente se desliza por ella.
Mis manos están suaves,
y mis dedos, están locas por quererte tocar,
lo que buscan sin cesar,
que son tus pechos, que busco sin parar.
El terminar de tu cuerpo lo dejo para otro momento,
pues en esta parte de tu cuerpo,
me quedo soñando, ahí quieto.
En otro instante de inspiración,
seguiré este poema con más ilusión,
pues aquí dejo estas letras quietas,
con ternura y pasión.
JOSÉ TRIVIÑO
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