Toda mi vida en él, la tuya entera,
robándole el quehacer a la memoria;
dinámica, incesante trayectoria,
y estática a la vez, de una carrera.
Día a día su imagen nos reitera
lo efímero del tiempo, y su victoria
sobre cada episodio de la historia,
que llegó, que se fue, que se supera.
Escribirás sobre él nombres y días
de propósitos, citas, fruslerías,
para llevar a cabo u olvidar.
Se deja hacer, ni accede ni protesta.
Su casillero, en parte, manifiesta
datos que, al fin, nos hacen bostezar.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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