Vente a la calle conmigo,
que al vecino han detenido
cárcel para el enemigo.
Que asusta a la gente buena,
que llega cuando amanece,
bebe alcohol y es una pena.
Mal pájaro en la escalera
que cantando a quema-ropa,
el insulta a cualquiera.
Pues mi alma se acalora
al ver este sinvergüenza
mientras su familia llora.
Lúcido es un encanto;
se transforma si decimos
que borracho es un espanto.
A curarse, él se niega,
porque enfermo no se siente
y de su sueldo nada entrega.
Perderá hasta su trabajo,
va perdiendo facultades,
que se confunde de tajo.
Bien se abastece de vino,
su familia no le importa
por egoísta , el muy cretino.
María Sirena Matrí Mar -ESPAÑA-
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