sábado, 30 de agosto de 2014

CALABOZO

 
Silencio, oscuridad, fieles hermanos
que me otorgáis quietud y compañía;
aunque proscrito de la luz del día,
sois en mi mente antorchas y hortelanos.

Me cultiváis con invisibles manos,
sembráis, y cosecháis, mi fantasía
de ideas, formas, brasas y armonía
que al exterior, tal vez, parecen vanos.

Pero aquí, en soledad, son seres vivos,
nacen de mí, mas no como cautivos,
capaces de filtrarse por el muro.

Me traen el mundo de que me han privado,
logrando moldearlo a mi dictado,
más radiante, sin tanto claroscuro.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-

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