Me enamoraste con tus alas de pájaro,
tu resiliencia para remontar el vuelo,
tu capacidad frente a la adversidad
y cielo y tierra fue nuestro.
Se abrieron mis alas,
las tuyas me protegieron,
como paraguas en un día de lluvia,
desfogado y satisfecho florece mi invierno.
Las gubias laboriosas labran felicidad todo el tiempo,
los pinceles andan como locos entre suspiros y encuentros,
florece en mi el artista con pincel suelto,
tejuelo de libro, en su lomo, prosa y verso.
Y se hizo el mundo solo nuestro,
arañamos hasta la saciedad
apretando los puños
en sábanas sudorosas,
los poros cediendo...
Sed que no calma,
el deseo creciendo,
encontrándonos en el cenit del firmamento
sin ápice de cordura locos de contentos
y prisioneros en nuestros cuerpos.
...Y en este rastro de espuma
estela de felicidad en movimiento...
Lola Wizner,
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