Cierras la puerta y, detrás, dejas una realidad que se apaga cada día, fluida espera de las horas. Cierras la puerta y miras los ojos de la verdad de tu silencio, de tu yo frente a tu nada. Cierras la puerta y se divide tu misterio entre el día y la noche. Cierras la puerta y repartes tus momentos. Cierras la puerta y duermes, vas hacia el letargo, latencia de una nueva mañana.
Es ahí, cuando cierras la puerta, donde te encuentras contigo.
EUGENIO MANUEL FERNÁNDEZ AGUILAR
Publicado en el blog lasdoceylluvia
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