Hoy estamos más que juntos, disfrutando de cada uno de nosotros, a la hora de la comida fundamentalmente, las charlas, hasta nos parece que todo es más sabroso y más llevadero. Los espacios, aúnque cada uno tenga el suyo nos lleva a la necesidad de buscarnos y saber el uno del otro a cada rato. Que importante descubrir juntos los pequeños detalles en familia, en el amor cotidiano, de cuidarnos, de respetarnos, de convivir con diferentes horarios a la hora de dormir y de levantarse.
Cuanto nos unió este confinamiento, el de ayudar en las tareas de la casa, estudiar, tomar lecciones, compartir más que nunca porque antes los tiempos no daban y la prisa no te dejaba detenerte y estar con tus seres amados.
Y hoy descubris y le das valor hasta el pequeño rayito de sol que se cuela por la ventana, a la copiosa lluvia que no se detiene con sus estruendosos truenos y me pongo feliz que estamos todos adentro.
Al perfume a torta que se esparce por todos los hambientes y sentis la magia de ese olor a hogar, tan cálido.
Al orden de la ropa aromatizada, a los cajones prolijos y a la vajilla bien apilada.
A las plantas, a los pequeños rincones que te identifican.
Estamos en familia, malcriándonos, mereciéndonos cada día con mucho amor, mi esposo, mis dos hijos y yo. Gracias a Dios nos podemos abrazar y besar, gracias a Dios nos toca estar en la misma casa, proyectando que vamos hacer en breve, tratando de pasarlo lo mejor posible.
No nos permitimos la melancolía, no nos dejamos caer. Si que extrañamos cosas, como todos, pero estamos unidos, con fé, ocupándo el tiempo y eso es lo más bonito que rescato de toda esta cuarentena. Ya vendrán otros familiares, ya estaremos con amigos, ya tomaremos el café en un bonito lugar, ya iremos a ver vidrieras y al cine.... por el momento me quedo con esto, con lo propio, con esta casita llena de felicidad que construimos con muchísimo amor.
Sil Torres
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