Cadavérica la noche se oxida a paso lento sobre el lapidario reloj.
El filo de sus agujas parpadeantes sucumben el pestañear opresor de su sombra...
Tétrica de un adiós de noviembre aletea sobre grieta desnuda al encorvado puente de mis retinas.
Noche bruñida sin huellas, imperturbable trasciende como cíclope sin mi.
¡Ven descansa ante mí sin piruetas!
Hoy la doncella menguante se escabulle sin sultán, solo el campanario gramófeo de mi pecho es lira rota llorosa.
Totémica sin ningún espejismo su derrota está en las aguas, húmeda resbalando sobre la mejilla narcisa revestida con sus lutos, las agujas en mi lagrimal vierten al piso cascadas, de un noviembre sin adiós...como cadáver nocturno.
Clara Sánchez -Costa Rica-
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