lunes, 1 de mayo de 2017

UN TRAMO INFINITO


Aquel hombre que conocí en la universidad,
tan delgado, tan lacónico, tan austero, tan frío,
que no admitía rivales en la virilidad, la cultura,
el compromiso político, la decencia, la urbanidad,
la aplicación y brillantez en los estudios,
la sensibilidad para el arte y el buen gusto en el comportamiento,
sé muy bien que no era un hombre grande
porque no sabía pagar
con humildad lo que recibía.

LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE -Orihuela-

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