El amor en pareja es como crear
un bendito jardín del edén divino,
se va preparando la tierra
con todo el amor del corazón,
mente, espíritu, y su voluntad.
Sembrando y cuidando dichas plantas
lograrán hermosas rosas perfumadas
bendecidas por las mismas manos
de nuestro Dios creador de amor.
Esas plantas otorgarán dulces frutos,
y hermosas flores aromáticas
transformando nuestras vidas
con sus perfumes celestiales
bañadas en aceite bendecido
desde el mismo vientre materno
hasta llegar a nuestras vidas.
Si uno de los jardineros falla,
ese Jardín poco a poco morirá,
y nunca disfrutarán de las flores
que ahí brotarán con el amor,
ni nunca has de disfrutar
de los frutos más dulces
jamás imaginados por esos jardineros
cuya semilla bendita por Dios
ya has dejado contaminada
al intentar sembrar tu semilla
en un terreno ajeno al tuyo.
Claudio Kruger Ahues -Chile-
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