CUESTIÓN DE GÉNERO

Un bello rostro femenino inserto en cuerpo de gorila… Un hombre sumergido en un caldero
burbujeante… Una chica atada a una silla, la próxima víctima. El autor material, detrás de una urbe de tubos de ensayo, soba sus manos planificando su próxima aberración.
–¡Auxilio! ¡Socorro! –clama, sin mucha convicción la damisela en apuros.
–¡Silencio! –interrumpe él, con insoportable acento extranjero–. ¡Tus gritos no me dejan pensar qué haré contigo!
–No estoy gritando –indica ella, conteniendo el bostezo.
–Mmm… Podría abrirte el cerebro para plantar en él una mimosa carnívora…
–Eso es tonto –dice la muchacha, tal vez con el propósito de hacer perder el control a aquel megalómano científico loco que busca dominar el mundo con sus experimentos.
–Si no te callas… Servirás de alimento a la bestia blanca, mi máxima invención…
Un ruido interrumpe el discurso.
Captor y cautiva vuelven su vista a la puerta. Ésta se abre y una gigantesca figura se dibuja a contraluz.
“Se ha despertado la bestia”, murmura el loco hombre de ciencia.
–¿Qué significa esto? –pregunta una voz de ultratumba. Los aludidos se miran asustados–. ¿¿¿Qué hace ese muñeco en mi olla??? –grita descontrolada–. Y esta muñeca… ¿dónde está su cuerpo? ¿Y la cabeza del peluche? –Luego repara en la pequeña cautiva: –Marita… ¿qué haces ahí amarrada?
–No estoy amarrada, mamá –aclara la niña, recogiendo la soga.
–¡Esa manía de encerrarse y hacer desorden! ¿Por qué no salen a jugar al patio, a tomar un poco de sol? – sentencia la madre marchándose, mientras los niños comienzan a ordenar.
–¿Seguimos jugando mañana? – pregunta él a su hermana.
–Ya. Pero yo soy la científica loca y tú el prisionero.
–No hay científicas locas –responde enfático–. Las niñas no son malas como nosotros…
–¿Estás seguro? –inquiere ella esbozando una enigmática sonrisa.

Jaime Magnan Alabarce (Chile)
Publicado en la revista digital Minatura 155