Una puerta se cierra
y encarceladosquedan
místicostiempos.
Otra puerta se abre
y escapanviejas
y nuevas maldiciones.
En una y otra
está la voluntad del pan comido
y la reserva de agua está por acabarse.
MIGUEL CRISPÍN SOTOMAYOR -Cuba-
Publicado en la revista Añil 142
No hay comentarios:
Publicar un comentario