Tu corazón y el mío componen
la misma obra,
somos la misma voz
hablando de la misma alma,
nos hemos encontrado
en el camino del ser,
pugnamos por la existencia
con los mismos sueños,
pensamos con una sola mente,
sentimos con un solo pecho,
te has entregado a mí como una esposa,
escribiéndome mis versos,
te vuelves la hembra mía,
la hermana infinita,
el amparo de mi flaqueza,
la guardiana de mi dignidad
y yo, escribiendo los tuyos,
me hago servidor humilde,
desbordando de gozo por el honor
que dejas que te haga.
LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE -Orihuela-
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