jueves, 4 de mayo de 2017

FLIRT


Esa noche estaba yo parado en una esquina cerca de tu casa, cuando tú te apareciste a lo lejos y, entonces decidí esperarte hasta verte junto a mí. Llegaste sonriendo, saludando con un cariñoso ¡Hola! ¿Cómo estás? Estabas radiante, nunca había visto tanto brillo en tu mirada, me gustaste como nunca. Dejé de verte como una simple amiga. Me envolvió el torbellino de tu mirada, de tu sonrisa, ver como movías los labios al hablar, como modulabas cada palabra, cada frase, cada oración. En ese instante sentí que me mostraste parte de tu alma y sentí como ella se enlazaba con la mía. En ese preciso momento, dejamos de ser amigos. Te di un beso y te abracé, y así llegamos a la puerta de tu casa, y tú, toda sonrojada te metiste corriendo despidiéndote con un ¡Adiós! y antes de perderte de vista volteaste para decirme: ¿Te veré mañana…?

Antonio Fco. Rodríguez Alvarado


No hay comentarios:

Publicar un comentario