martes, 23 de mayo de 2017

ELEGÍA AL AMOR


«Tercetos encadenados»

Quiero tener amor entre mis manos
para así, tallar su aroma y sentir,
que seamos cada día más humanos.

Querer seguir viviendo en tu vivir,
sin ser un prisionero de emociones,
y que mi corazón, pueda latir.

Llenar tus rojos labios de atenciones,
que mi boca sangrante entregará
millones impensables de ilusiones.

Que tu alma y corazón raudo tendrá
tal cantidad de sueños realizados,
y en tu pecho una rosa albergará.

Quiero ver en tus ojos asombrados,
y sentir la verdad, de esa tu mente,
porqué estamos más que aprisionados.

Mi corazón no quiere estar ausente
cobijándose en mi pecho, ya austero,
sin jolgorios ni alardes del presente.

Llegó pronto el cansancio, lo primero,
pronta decisión por ti tomada
de la muerte temprana de un te quiero.

Que en mi pecho se encuentra reservada,
para cuando volvieras, regalarte,
una rosa de té ensangrentada.

Cansada de preguntas arrogantes,
de aduladores vacuos sin criterio,
respuestas sin sentidos al instante.

Se convierte en mazmorra el cautiverio,
y muy ávido de amor verdadero,
solución buscada con criterio.

Buscarte con el sueño de un te quiero,
bajo una roca a la luz de la luna,
y cuidar mi amor cual carcelero.

Excavar con mis manos por fortuna
en el suelo, tan duro cual diamante,
y mi amor se guardarse como en urna.

No quisiera recordar como amante,
tus palabras dichosas al pensar
de mucho amor y halago tan constante.

Mi deseo de poderte acariciar
junto a mi corazón, abrazar fuerte,
a tu cintura y pecho atenazar.

Para poder quererte y así poseerte
en los sueños tenidos a deshora,
porque esos no me impiden el tenerte.

Esa fuerza que en mí ya se atesora
de desventura y dicha del momento
son esos los momentos que enamora
ilusiones de un hombre y sentimiento.

Roberto Juan Martin

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