martes, 23 de mayo de 2017

FLORES PARA MAMI


Dice el adagio popular que “obras son amores y no buenas razones”, dentro de este entorno comunicativo, hemos de mencionar que si nos referimos a la ternura, estamos dentro de un concepto mediante el cual ésta no se dice, sino que se expresa en forma corporal, de manera alimentaria, mediante un beso, al hacer una caricia o una manifestación verbal.

Pero también puede existir ternura en cualquier estrato social, al dirigirse a la mascota de la casa o la reverencia hecha sobre la naturaleza, como por ejemplo a un árbol.

De igual forma este significativo medio de transmitir apreciabilidad, lo practicamos diariamente, con nuestros padres, hijos, novias, deportistas, colegas, maestros, adultos mayores, compañeros, amigos, animales y todos los seres vivos con que nos ha dotado la Madre Tierra.

Es una expresión comprometida con actitudes del humano, emanada con espontaneidad, sin perjuicios de esperar ninguna recompensa, por la ternura otorgada. En síntesis, estamos ante la presencia de un acontecimiento exteriorizado con afecto, hacia quienes nos rodean.

Este sentimiento no se rige por reglas, conceptualizaciones o normas morales. Los niños son el ejemplo típico de la ternura, en donde un infante no piensa para otorgarle un noble gesto a determinada persona, quien recientemente le está conociendo.

Los infantes se desarrollan rápidamente, física y mentalmente, sin que medien otros factores, que no sean el normal crecimiento, tan es así, que posiblemente sus progenitores, dado el diario convivir no se percatan de ello.

Cronológicamente se dan los primeros años de vida del niño, quizá cuando se les quiere indicar el mecanismo para realizar determinada labor, el mismo infante sorpresivamente indica que él puede hacerlo sin ayuda.

Pocos años más tarde, al recorrer el campo en compañía del chiquitín del hogar, nos percatamos que de manera genial e iniciativa propia, pronuncia la siguiente expresión: “estas flores como se llaman... voy a recolectar unos ramos, para llevárselos a mami, me ayudas Tata”. Desde luego que sí, para eso tú caminas a mi lado, para el logro y consolidación de tus objetivos.

De inmediato prosiguió: “Estas bellezas naturales, se llaman pavones, son flores silvestres, se les llama de esta forma, porque nacen en los potreros, como éste, por donde andamos caminando.”

El niño con sus tiernas manos, fue separando las flores de las plantas, que a su gusto deseaba llevar a su mami y gustosamente me las entregaba. Cuando concluyó, expresó: “está bien así, verdad”. De acuerdo Axel.

La mañana avanza hacia el medio día y bajo un caluroso sol, el pequeño recorrido por la natura, va llegando a su fin, es entonces el momento de regresar a casa, portando el pequeño infante el improvisado manojo de frescas flores.

Al llegar a la residencia familiar, el niño corre presuroso por el pasillo de la morada, con suma complacencia busca a su mami, la encuentra en el jardín de la vivienda, le da un fuerte abrazo y le manifiesta “mami, estas flores las corté para ti, colócalas en el rancho, porque tienen los colores de las cortinas que tú tienes ahí. Tata, me ayudó y las hemos traído con mucho cuidado, para que no perdieran pétalos, ni su perfume natural”.

Su mami le tomó entre los brazos, lo acarició, le besó dulcemente, al tiempo que le hacía saber, con toda sinceridad y con el alma llena de admiración por el niño, por las flores, más el noble gesto de voluntariamente portarlas desde el campo, para llevarlas a su hogar con la dulzura, la gratitud y la ternura de un niño, quien da los primeros pasos en su vida.

Al mismo tiempo que le llenaba de halagos, le manifestaba, que grande eres, tienes un corazón inmenso, lleno de colorido, igual que las flores, que acabas de regalarme. Las pondremos en el florero, que tú mismo me donaste para la fecha de mi cumpleaños.

El niño le escuchaba con atención, luego de una breve pausa, le dijo:

-Mami, son flores para ti, ojalá que la fragancia que despiden, no se acabe nunca, como no debe apagarse el cariño, el aprecio y el amor que tú me tienes.

Así es hijo, eres nuestra bendición del cielo, en este hogar persiste la alegría y el amor, gracias a ti.

José Rafael Orozco Torres -Costa Rica-

No hay comentarios:

Publicar un comentario