a veces su propio corazón le despertaba
corcel coceando acorralado por los lobos
todas las cosas seguían allí
en su sitio
aunque
como enmarcadas por la oquedad
de vuelta y sin gran convencimiento
tras un comienzo tímido
de inexistencia
la luz de nuevo se ponía en marcha
con su vacilación de sombra
entrando indecisa en todas las ranuras
sólo esperaba de la vida el regalo
milagroso del amanecer
así como el debut de la ausencia
al final de la ecuación
sin que hubiese averiguado
cómo es despertarse para no…
Del libro SOMBRAS Y ROMPEOLAS de
DINU FLAMAND -Rumanía- Traducción del rumano de Catalina Iliescu Gheorghiu
Publicado en Luz cultural
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