sábado, 23 de mayo de 2020

EL NOMBRE


A este ser que un cierto día fue
podrán hundirlo en las brumas gélidas de Auschwitz y Treblinka.
Podrán fundirlo en los campos de exterminio de la argentina Patria
o sepultarlo bajo los escombros de la heroica, altiva Gaza.
Tal vez busquen ahogarlo en las aguas de las tierras de los pilagá
            masacrados y casi olvidados —
Eso: podrán intentar que lo olviden, y olvidarlo.

Les place sin duda desangrarlo, desgarrarlo, desmembrarlo.
Más aún: gozan con arrojarlo en la fosa común, incinerarlo,
arrojar cal viva y madera muerta sobre los despreciados despojos —
Eso: intentarán que lo desprecien, y despreciarlo.

Podrán levantar un muro, una montaña, multiversos de silencio.
Podrán sumir el mundo todo en la parálisis, el terror y el espanto. —
Podrán eso y esto y aquello — y mucho, mucho más.

Pero jamás podrán —jamás—
hacerlo  desaparecer.
Porque este ser que un cierto día fue,
tuvo un nombre y fue  nombrado.

                                   (24 marzo 2016)
(A 40 años del genocida golpe cívico-militar en la Argentina.)

ALBERTO A. ARIAS -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti

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