(Concierto de Aranjuez)
Noche olorosa a azahares y luna,
transpirando nostalgia y quietud.
La esencia de mi ser gira en silencio.
Serena y dulce
la voz del oboe inicia el introito.
Voluptuosa la guitarra española
responde la jaculatoria.
La voz orquestal canta el responso .
El rito comenzó.
En el claroscuro del pentagrama
flota la vorágine de armonías
del Concierto de Aranjuez.
Canto dulce,
sembrador de paz y quietud.
Derroche de soles y lunas,
de silencios y alegrías,
himno de despedida,
al cerrarse la puerta de salida.
Concierto de Aranjuez,
serenata para el alma mía.
Mi compañero en el viaje.
Elí Omar Carranza Chaves
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