martes, 26 de mayo de 2020

SENTENCIA DE TU DESNUDEZ.


Mi vida se estrena y extiende en tu boca, en tu olor a luna creciente, acariciado por peces multicolores que se detienen en tu vientre, atado a tu aroma a infinito que me aleja de la muerte, deambulando por tu cuerpo luminoso, del cual surge el verano, en aquiescencia de nubes, que derraman tu calor. Soy parte de tu deseo lo mismo que el odio lo es de la espada, la música del arpa, la sangre del oficio del jifero. Y un crisantemo huérfano va de mi voz a la tuya, en el suave movimiento de mi aliento enamorado, mientras tu nombre deviene en luz, bajo el desconocimiento del atardecer…

Victor Diaz Goris

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