lunes, 25 de mayo de 2020

ÉL NO ESTARÁ Y ELLA AL REENCONTRARLO


Él una madrugada le dirá a ella un elogio sobre su energía, sonreirá humildemente y se burlará de sí y de sus extremidades, momento en que se despedirá. A la madrugada siguiente cuando ella emerja del metro, él no estará, y tampoco en las otras. Cuando él regrese cuatro madrugadas después, ella lo habrá anhelado. Él presume que ella, al reencontrarlo, estará a punto para que la seduzca y, porque ni le gusta: La ponga a hacer la calle. Tanta dedicación debe asegurarle esta presa. Ah, sus piernas, ella mucho se las limpiará con la lengua. Lo que él no puede presentir es que no fue quien primero coincidió con ella. Que fue ella: contratada para matarlo por cinco mujeres puestas a hacer la calle.
Ella ha elegido: De un disparo. Las mujeres quieren visitar la morgue: contemplar la cabeza de él como trofeo. En esta cuarta madrugada al cruzarse en un mundo que gira, y donde a quien le va a tocar no siempre puede impedir que le toque, él y ella, al perderse de vista, son asaltados por una inquietud absurda puesto que son profesionales infalibles: ¿Qué ocurriría si entre ellos se enamoraran? ¿Giraría al revés el mundo?

Del libro Bla, bla, bla, bla, bla sobre el amor de FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES

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