Mi padre siempre me dijo, cada mujer bajo sus senos tiene un manantial inagotable de Maná.
Cada mujer en sus labios tiene una alforja de miel o una gotitas de hiel.
Cada mujer en sus ojos tiene la fragancia del cielo, o la perversidad de infierno.
Amor aliméntame con tu Maná, dame de beber tu miel, y llévame a tu cielo, enséñame a ser feliz no quiero la hiel de tu desprecio, ni la hoguera eterna de tu infierno.
Albaro Ballesteros -Colombia-
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