lunes, 15 de mayo de 2017

LA FLOR EN LO OSCURO


[…] podía ser nominada, pero no dicha […]. Y en el nombre, 
tenía lugar algo como un “tocar” y un “ver”. 
Giorgio Agamben, La muchacha indecible

Charca maltrecha de sisal inasible
sutura la del costado por la que gotea
la clari.agua enardecida de silente fiereza
encomiable la mano que en cuenco
procura detener el humedal
que extiende su derrubio
en parábolas níveas.

Y me enseñas la mordedura
la que te llevó a cruzar el bardo
la que te cegó la locura
apagando la elocuencia de la voz
tañido monocorde
en abrevadero de sombras.

Lo sabes
para nacer de lo alguna vez alumbrado
es inevitable el arrastre del quejido

y alertado el temblor
el aire asiste

queda el humo que tiñe la piedra
ofrecida como moneda de cambio
para cruzar hacia el otro lado del río.

Mudo
con la mirada en arrebato
no atinó a desbrozar el augurio inaudible
¿habrá sido tu figura apresada
en la porosidad de la laja
lo que le llevó al desvelo?
¿por eso pulió su superficie
creyendo que en su limo
sería posible comprender
la dualidad engarzada
hacia lo inmemorial?

No hay registro o huella
que descifre la vuelta a la vastedad
ni deseo que aqueje con ferocidad
ni siquiera la certeza
de si tu alma se perdió
o si por tu lamento
se te ofrendó el bálsamo del olvido.

Me mostraba la mordedura del tobillo
pero a mí me maravillaba el rojo de la amapola
que sostenía en su mano
No sabía si su muerte era un desdoblar de la línea
o esa continuidad de la historia
que en su geometría termina
por concentrarse en un punto
o se alza en fatalidad cumplida.

Inhóspita es la oscuridad que abreva y aísla
¿exorciza la escritura la dolencia?
¿la condición de paria?
No hay necesidad de andar su desierto sola
pero en la arena no hay palabra
sólo el fluir de la luz
esa flor en lo oscuro
que va adormeciendo el miedo
hasta aceptar la avidez de la sed.

Mariana Bernárdez -México-
Publicado en Periódico de poesía 97

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