sábado, 13 de mayo de 2017

7


Cuando encontré mi rosto marchito entre las hojas, me hice consciente del otoño

Soñé con hechiceras que ungieron mis cicatrices con su bálsamo
y vi rebaños despavoridos que a mi paso huyeron hacia los barrancos
y supe entonces que el pequeño dios doméstico al que alimenté por años me había abandonado

Huérfano de padre me hinqué a llorar hacia los cielos
pero toda lágrima en mis ojos se convirtió en escarcha

Entonces me fue robada la voz y supe que hay una música celeste que no me toca

Estoy solo
cada noche enciendo un fuego y hecho a consumir allí los nombres de mi tristeza

Yo nunca he mordido la manzana
sólo soy una roca rodante contra la que los aldeanos lanzan improperios
y en la que los mendigos orinan en las noches
tengo la certeza de que nada eterno hay en mí
excepto las palabras con que cada noche rompo mi garganta
 y trato de suicidarme.

CAMILO RESTREPO -Colombia-
Publicado en Gaceta Virtual 124


No hay comentarios:

Publicar un comentario