A marcar he vuelto
mis desnudas huellas
en la mojada arena
de la playa sintiendo
la caricia en mi cuerpo
de tus invisibles dedos,
Me ha alegrado sentir de nuevo
en mis pies el frescor de tus aguas
bajo un sol que arranca
gotas de sudor a mi desnudo cuerpo
y que irá poco a poco tiñendo
mi piel de un vistoso negro.
Me has hablado sin palabras
alegrándote de mi regreso
porque sabes que te pertenezco
desde que nací aquella mañana
de mayo en una pequeña casa
de la milenaria ciudad gaditana.
Espero que el dolor no regrese
que desde ahora hasta septiembre
por tu orilla pasee
mientras contemplo los acantilados
de Conil y en la Fuente del Gallo
las Tres Piedras que cual lagarto
al sol no renuncian a su diario baño.
JOSÉ LUIS RUBIO
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