Hunde las manos
en el perfume
y esparce su olor
por todos los rincones.
Tal vez así
el hedor que emana
de muchos lugares
se disipe momentáneamente.
No se acabará la podredumbre
que todo lo va ocupando
pero se mitigará algo
su nauseabundo olor.
Hunde las manos
en el perfume
y déjate dominar por él
olvidando que todo está podrido.
Pero si con tu perfume
consigues eliminar algunos focos
aún quedará una posibilidad
de volver a respirar aire puro.
JOSÉ LUIS RUBIO
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