He caminado tanto que llegué a no distinguir mi huella
Desde Cádiz hasta Marsella,
pasando por Alicante..
Y desde Amsterdan a Quisqueya
pasando por Suiza y sus Alpes.
He recorrido el camino tantas veces
y me deje detrás tantas iglesias con sus campanarios..
¡Hasta que por fin te encontré!
He perdido tantas veces la senda de mi destino
y otras tantas he vuelto hallarla;
Que a veces me paré en un cruce de caminos...
pues ya no recordaba ni mi punto de partida...
Me guía la brújula de mi subconsciente
o, una alondra que trina en el horizonte...
Sé que en las encrucijadas soy el centro;
Que la tierra sigue girando en su órbita.
Pero yo que por naturaleza soy tenaz
y tengo una idea fija en un punto de la rosa de los vientos...
Es como un imán que me atrae:
No sé distinguir si es un canto de sirena o, el trino de una alondra
el con exactitud me guía.
En alguna ocasión sentí una fuerza oculta
que intentaba desplazarme de mi ruta...
Pero como yo no estaba amarrado, ni los ojos tapados
como los marineros de Ulises...
Terminé en el lago de tus ojos felizmente enamorado...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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