Noches de llanto desvelan mi sueño... seres en pena escuchan mis rezos.
Plegarias mundanas han de murmurar...
Incertidumbre nocturna, testigo ocular.
Lágrimas áridas azotan mi rostro... lúgubre nota espiritual.
Los hombres decía mi padre... no deben llorar.
Alma inframunda... cordón de plata a punto de segar.
Nostalgia poética, escriben versos plasmados...
con gotas de linfa.
Papiro incrustado de espinas... presagio de ronda final.
Estalactitas heladas penetran mi pecho...
Provocando gemidos de dolor.
!Dios mio!... estoy a punto de gritar.
Mis principios en cielos turbados... pierdo mi religión.
SENDEROS EQUIVOCADOS... más fuerte que la razón.
Tomás Yong Wong
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