miércoles, 28 de junio de 2017

EL DESCUARTIZAMIENTO DEL DOCTOR LEE


—Cuando escapé de Norcorea y vine a este país, la reforma de la justicia implementada por su
presidente Trump me dio la inmejorable oportunidad de venderle la más preciada de mis invenciones: el “Reservado Penitenciario De Muerte Voluntaria”. Es un cubículo móvil ubicado dentro de cada celda, disponible para presos de media y alta peligrosidad no condenados a muerte.
Cualquier criminal puede suicidarse con solo ingresar al reservado, sentarse, hundir la cara en el molde y ejercer un poco de presión para recibir el balazo en la cabeza. Este invento entre otras cosas es barato, se autoabastece de modo remoto y regula efectivamente la población carcelaria.
—He vuelto a la vida dentro de la cajuela de un auto, con Bach sonando en mi cabeza. Escapé asesinado a mucha gente para llegar hasta usted.
Todo esto es tan difícil de soportar y debo admitir que a pesar de que terminaré descuartizándolo, usted Doctor Lee me las ha hecho pagar.
Porque no quiero morir dos veces.
También es cierto que los hermanos del mafioso que asesiné están tras mis pasos, tan cerca como que presiento que ya están dentro de esta casa. Los crímenes de un sicario son prácticamente invisibles para la policía, salvo el mío. Jamás encontraré a mi delator, pero lo encontré a usted que me hizo volver y eso no estaba en mis planes. Antenoche en la cárcel decidí quitarme la vida utilizando su
máquina de mierda, pero usted experimento conmigo. ¿Por qué?
—Los hermanos de su víctima, Bill Lamotta, ex agentes, sabían todo de  mis experimentos en Corea, sobre todo lo del proyectil mineral creado con el fin de resucitar prisioneros y de hacer más extensibles e infrahumanas las torturas. Por venganza me obligaron a cargar su Reservado con ese proyectil. Este al quedársele alojado en la cisura intrahemisferica mediante microcircuitos almacena las ondas cerebrales que le proporcionan energía vital a todo su cuerpo. El dispositivo libera la energía retenida devolviéndola al cuerpo por un sistema de Sonar invertido. Cuando una onda sonora – programada como la de Bach - lo envuelve se establece un electromagnetismo limitado, compartido por el sol y por la luna reguladora de fluidos. No vivirá más de 24 horas.
Sobre la mesa del comedor volteé al diminuto Dr Lee maniatado y comencé a serrucharle la pierna
detrás de la rodilla. Bajo un control mental epidural, el demente me sugería métodos de mutilación.

Sebastián Ariel Fontanarrosa (Argentina)
Publicado en la revista digital Minatura 155

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