Mujer montaña,
de tus vetas surgieron el oro y la plata
Hasta saciar la codiciosa tentación del hombre
Hasta vaciar tu colmena de abundancia
Mujer pradera, de tu mano, sembradíos de maizales
Y de su grano adornaste tu mesa cotidiana
Hasta saciar el hambre de tu gente
Mujer del río, de tus cursos
La ceremonia del desove y la pesca
Frutos de río, son tu señal proteica de abundancia
Mujer caleidoscopio, de tu mano trenzando fibras
Bordaste las frazadas del tiempo
Ilustrando en colores lo gris de la existencia
Mujer de lunas crecientes, en tus caderas acunaste
Niños con alma de soles y estrellas
Reverenciada como una flor de lluvia
En la piedra, inscrita tu leyenda.
MARISA ARAGÓN WILLNER
Publicado en Centro Cultural San Francisco Solano
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