No tiene complaciente la mirada
ni excusa por amor faltas y errores.
Enfrena y atempera sus favores.
Se tiene por severa y mesurada.
Condena de las culpas las razones
y premia con largueza las virtudes;
pues sabe juzgar bien las actitudes
que pueden descarriar las vidas jóvenes.
Bien sabe que en un momento de indulgencia
o de parcialidad en decisiones
en quiebra de confianza se traduce.
Por eso se descarga su conciencia
cuantas veces impide los desmanes
cuando una buena obra se produce.
Eliana Onetti
Publicado en Pensamiento poético
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