Desde “los puentes de Madison”
he tejido una historia de amores prohibidos.
Una falsa historia, donde
la ausencia de amor es el imperativo,
donde campa a sus anchas el deseo,
mientras la luna se mece, sobre el agua.
Vienes a mis días anhelando el trofeo
de mi cuerpo y yo
te necesito amor, de madrugada.
Y tú no estás. Tú permaneces
Siempre, ausente de mis noches.
MAGDALENA MARTÍN RODRÍGUEZ -Málaga-
Publicado en Luz Cultural
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