Aquellos subidos grises, que me han
quedado,desde que te pedí que te fueras.
El velamen se mece furioso cuando estoy
navegando, como el eco de tus silencios
comprometidos.
Era mas elocuente un cuento tradicional que tu
huida sin quejas.
Ahora, el encuentro no sucederá.
Por los vericuetos que la vida impone y la
distancia que aprendí a pintar con los pesados
óleos, sobre la tela pura.
Tal vez esperando que los alisios se
conmovieran.
Es inútil.
Cada noche es interminable.
Duelen mis pesares.
Aunque la lluvia atenúe mis lágrimas de
cristales coloridos, que adornan mi cuerpo que
ya no mostraré jamás.
Es un breve espacio el existir.
E.Alicia Junco -Argentina-
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