No me doblegaron las lenguas bífidas del Sanhedrín
ni pudo el Kineret de arena gruesa avasallar la piel
de mis sandalias / mis dedos sobrevivieron al formón
y a la gubia en la carpintería / mi cuello al cilicio
y a los patíbulos del César
aunque forzado a navegar a bordo de un madero
secamente enclavado entre legión de espinas y sudor
de barrabases y ladrones / desmantelé el capítulo
del Gólgota para escandalizar a los profetas
y a mis historiadores / mi visible destino eran los basurales
de León Suárez / la tuberculosis que echa sus tallos ácidos
en Chuquicamata y a orillas del estaño / esas costras oblicuas
que tejen mis monseñores y banqueros sobre cantegriles
y callampas / un toldo pampa donde agoniza el último tehuelche
o el tartajeo del remington y el látigo sembrando su misión
entre espaldas de yerba y de quebracho.
Mi verdadera muerte fue pequeña / sin resurrección
y sin epístolas / ocurrió a manos de David que no es pasto
de cabras ni labraba unos campos / David hijo del lobo
cinco generaciones de buitres sangrientos / David nieto
de una barriga que hinca sus colmillos en Comodoro Rivadavia
y su culo en Manhattan / David quien guiñando un ojo
a sus generales y almirantes les presentó mi caso
This is the question / es un loco / piensa
y dice la verdad / I find him very dangerous.
Ecce homo.
GREGORIO ECHEVERRÍA
Publicado en Gaceta Virtual 125
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