Me acerqué a la playa.
Paseé por la orilla.
Me detuve frente a las tres piedras.
Imaginé que se movían.
Las vi alejarse.
Subía la marea.
Me senté en la arena.
Dejé que las olas mojaran mis pies.
Sequé mi sudor.
Me levanté.
Volví a pasear por la orilla.
Llegué a la boca del río.
No me decidí a cruzar.
Volví sobre mis pasos.
El sol en lo alto lucía radiante.
Las sombrillas llenaban la arena.
Me crucé con otros paseantes.
Nos saludamos.
En la arena una chica leía.
Sudaba.
Entré poco a poco en el agua.
Dejé que la mar me poseyera.
JOSÉ LUIS RUBIO
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