domingo, 18 de junio de 2017

YO


Yo, si es que esto tiene un nombre.
Yo, en la ninguna orilla;
en el medio de esta selva
tan ninguna:
¿No me ves la hoguera, Antígona?
¿No ves Nausícaa cómo sufro?
Varado, ahogado, y quedo,
llorando la inexistencia
de amianto y agua con sal.
Yo, ceguera, rota luz,
víscera, entraña punzante.
Inmerso ¬–y solo–, vagando
hacia la mitad del viaje
aciago de nuestra vida.

ANÓNIMO Siglo XXI
Publicado en la revista En sentido figurado

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