lunes, 5 de junio de 2017

PROYECTO


Se movía de un lado para otro farfullando palabras ininteligibles.
Avanzaba, se detenía bruscamente, giraba, volvía sobre sus pasos. Ponía un ingrediente aquí, quitaba algo de allá, sacudía, limpiaba, vertía, observaba... Iba de experimento en experimento sin detenerse en ninguno, la cabeza hecha un hervidero de ideas atropelladas. Los pensamientos se agolpaban, los
razonamientos se empujaban, la inspiración surgía en oleadas incontenibles.Tenía cientos de proyectos, de planes, miles de cosas por investigar, descubrir y estudiar.
Como aquel maravilloso crisol ante el que se había detenido, su favorito sin la menor duda. El que más felicidad y conocimiento le traía. Los días en que todo parecía ir al revés, le bastaba con detenerse unos instantes ante su pequeña maravilla, contemplar sus colores, sus formas, su vida, y el
estrés desaparecía como por ensalmo.
Pero no era calma lo que buscaba en ese momento.
El experimento debía seguir avanzando y, para ello, debían cambiar las condiciones.
Con un ligero movimiento de su mano desvió de su camino a un meteorito que pasaba a su lado.
En unos instantes todo cambiaría en su amado crisol.
Le producía cierta tristeza acabar con aquellos maravillosos especímenes con los que había
disfrutado durante tanto tiempo, pero su camino hacia la consciencia y la inteligencia se había quedado estancado y él quería más, mucho más.
Había llegado, pues, el momento para los diminutos y peludos prototipos que, hasta el momento,
sobrevivían medio ocultos.
Ahora tendrían su oportunidad.
Estaba convencido de que el futuro sería suyo.

Dolo Espinosa —seud.— (España)
Publicado en la revista digital Minatura 155

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