Madrid en calendario, y estrenada
su década el ochenta, en su ajetreo
y avance el siglo veinte, Prometeo
despliega, verso a verso, la jornada
que, libre en libertad y enamorada
de la virtud poética, el deseo
transforma su ilusión en Ateneo
hasta alcanzar la fuerza ilusionada.
Ruiz de Torres, enérgico y activo,
entregado a la fe de su esperanza
y poeta del sueño imperativo,
equilibra el nivel de su balanza
hasta lograr el pulso asociativo
a modo de Quijote y Sancho Panza.
Nicolás del Hierro -Madrid-
Publicado en Carta Lírica
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