Estoy en tu vida del mismo modo
que una extranjera en una tierra
de la cual es expulsada una y otra vez
y a la que ama, sin embargo,
como si fuera su lugar de nacimiento.
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Supiste, antes que yo, que la pasión era una casa
imponente y vacía. Me dejaste sola allí,
deslumbrada por semejante belleza,
para que no te siga.
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Pero soy yo quien te está dejando. A través de este acto
de morir, niego que alguna vez el abandono
me haya rozado.
Del libro Abrigo de
Claudia Masin -Argentina-
Publicado en Estación Quilmes
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