Isla de Cuba,
cuántas guitarras han sido rotas en tu nombre,
cuántos tiranos te han violado luego de haberte proclamado doncella
nuevamente,
cuántas muchachas han mordido el polvo de su Sueño
luego de que el azulísimo mar se ha hecho rojo con la sangre de sus amores,
cuántos niños han perdido sus globos bajo el trueno prometedor de la Justicia.
Cuántas gonorreas, cuántos chancros
han depositado en ti tus salvadores,
cuántos, blandiendo el rojo matiz de la poesía,
han encadenado tus ojos, han lanzado
en aviones de papel la mentira de ti como una fruta plástica.
Isla de Cuba, sangre que no termina,
¿dónde te hallas en esta noche, dónde
que tus boleros no me alcanzan, dónde
que aquellas mujeres no me afierran los tímpanos con sus risas como
pífanos que estallan, dónde los negros que no llegan acezantes, tautológicos,
serenos como sierpes en fuga, dónde
las negras que no me asaltan con sus culos como bastiones bíblicos?
Y ¿dónde, dónde aquellas mulatas
que bajo las nieves de los relámpagos consagran la hostia?
Dónde,
amor mío,
en esta noche cuando
me dueles en toda la boca,
cuando
inútilmente
te busco en el lejano frío.
Del libro La patria es una naranja de FÉLIX LUIS VIERA -Cuba-
Compartido por Claudio Lahaba
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