Desahuciado de ti,
las noches son un invierno que no acaba.
Fundido en el tesoro de los recuerdos,
respirar es una canción triste.
Tanta vida y los instantes
nos guían con ojos cerrados.
El deseo es que el ropaje del espejismo
me abrigue con el hambre que falta.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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