Me dirigí por túneles,
castillos en el aire,
dibujé una sonrisa,
Allí estabas tú.
Avancé hacia el norte,
a la deriva, al tomo
de los momentos.,
y siempre eras tú.
Andando por las efervescencias,
de mi cuerpo, de mi vida, o de mi cielo.
Me despedían.
Siempre amanecía.
Eras tú.
ISABEL REZMO
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