Y de una porción de silencio
apenas nueve palabras.
A penas con campanas de olvido.
Lo resiente me ha dejado
un blanco en el azul detenido.
Golpeó las rodillas de la manifestación.
Mi asesino perro de la neurosis
me trae estampidas y orillas.
Todo lo tenaz se queda en una
hoja sin espacio.
Amarillos sueños llagan
a media luz en mi alma.
! Lo que no pudo ser!
Planes y planetas han ido girando.
Si todo lo triste me trae
desvanes de ceniza.
Si acaso queda una Grandeza
es la vida que Dios me dio.
Verdes semanas de mi vegetal
existencia.
Si supieran con tantos ojos
calcados y cansados despierto.
Doy pasos, doy gracias al
todopoderoso.
Mi ferrocarril nido de soledad
con sus aguas enredadas de instantes, monedas de horas ruedan
como un ataúd riendo en un convento.
Como sí me atara a mi garganta
todo el azar transitorio.
En esa estela de indigestión vómito
universos gastados por mi mente.
Belén Aguilar Salas -Costa Rica-
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