A Majda Meskrot
¡Ven a navegarnos esta tarde a mi puerto!
El capitán está dormido,
Y de la jornada muy agotadora,
Los marineros, tremendamente fatigados.
¡Ven a hundirnos un poco!
Quizá esta noche sea mi consuelo
De viejas canciones tediosas,
Y de la tristura de estelas imborrables.
¡Ven a llovernos!
¡Ven a florecernos!
¡Ven a germinarnos leyendas!;
Leyendas de primavera sin otoño.
¡Ven a navegarnos a mi puerto!
Ya los párpados de esta tarde
Acarician tímidamente los pómulos de mi silencio,
Y me sintetizan en palabras.
¡Ven a navegarnos esta tarde!
De mucho tiempo el viento no dispone
Para que nos reúna,
Y el vacio nos lo llene.
¡Ven!, ¡ navega en mí!
Pues, mi amante puerto anhela:
tu preciosa bengala mirar,
Y tu misteriosa sirena escuchar.
Rachid Boussad
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 35
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