viernes, 27 de junio de 2014

DESPUÉS DE LAS FIESTAS


Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacío y ceniceros sucios,

qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.

Del libro "Salvo el crepúsculo" de Julio Cortázar -Argentina-
Publicado en la revista Poesía del Mondongo

No hay comentarios:

Publicar un comentario