Los que siempre fueron dueños de la nada
se han apostado en los caminos del crepúsculo
balanceando
sus sonrisas vacías
sus rostros
de pergamino incierto
sus cadáveres momificados por el odio
sus mochilas impotentes cubiertas de promesas.
Ratas de alcantarilla
para el júbilo indecente de los dogmáticos
que se apresuran
a levantar los banderines
de la revancha necesaria:
pero ellos no tienen voz
no numeran votos en las encuestas del hambre
no esperan milagros de celofán
no dádivas ocultas entre las rosas
no espinas sin perfumes
no...
el tiempo se ha vuelto gris
de tanto esperar prefacios de sangres sin luz
ni sombras: ellos siguen depurando el hastío
en el ojo oscuro de los ciclones.
Luis E. Prieto
Publicado en el blog escribidor
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